Con menos revuelo del causado por el reciente congreso de Barcelona, las pseudociencias también ocupan con asiduidad escaparates bien iluminados en Asturias. El foro ACCE, la gran feria itinerante de todas esas actividades engañosas que intentan parecer lo que no son en su afán de dotar de prestigio y credibilidad a prácticas sin ninguna base sólida, ha recalado dos años seguidos, en el 2016 y en el 2017, en Gijón, donde el popular Txumari Alfaro dejó constancia de sus sus ideas sin respaldo sobre el origen de las enfermedades. El agricultor ilerdense Josep Pamiès, gurú autoproclamado de la medicina alternativa que, para indignación de la comunidad médica, afirma curar el cáncer con las hierbas que él mismo cultiva y vende, visitó Langreo el año pasado, invitado por una asociación de vecinos a un acto con el respaldo del Ayuntamiento. Y las conferencias y charlas sobre asuntos esotéricos y presuntas terapias novedosas contra enfermedades muy graves están a la orden del día en los espacios públicos. Gijón, otra vez, fue escenario la pasada primavera de una polémica por la cesión de instalaciones municipales para este tipo de citas. Aunque esos asuntos no siempre salten a los medios de comunicación o, cuando lo hacen, sea como como episodios menores que no merecen mucho espacio, hay quien lleva una cuenta minuciosa de cuántos son, intenta desenmascarar los falsos discursos que se esparcen en ese tipo de actos y cree que no debe quitarse importancia a su contenido. Desde octubre del 2015, funciona la Asociación de Divulgación Científica de Asturias, cuyos integrantes, escritores y blogueros con formación en distintas disciplinas, intentan disipar los mitos que rodean todo el universo de la espiritualidad y las medicinas alternativas con el uso de sus conocimientos y del legado racional de la Ilustración. «La pseudociencia está de moda. Siempre la ha habido, pero ahora es más peligrosa que antes. Cuando se limitaba a perseguir ovnis y fantasmas, no tenía la capacidad de hacer daño a la salud de las personas», reflexiona Miguel Lurueña, miembro de la asociación, autor del blog 'Gominolas de Petróleo' y colaborador habitual de la radio pública RPA, donde desmonta todas las semanas bulos como la imposición de manos, el reiki o la medicina holística. Lurueña es nutricionista de formación y al combate con las dietas milagro dedica mucho espacio en sus entradas, pero todo está relacionado en un mundillo que atribuye propiedades sobrenaturales a muchos alimentos. «Asociar lo natural con la salud no tiene sentido», advierte.
Uno de los vocales de la asociación es el escritor mexicano Mauricio Schwartz, residente en Gijón desde hace dos décadas. Muy activo en las redes sociales y siempre dispuesto a meterse en una discusión con quien intente sostener verdades acientíficas, el autor anunció hace años que se mataría en público con un «suicidio homeopático» y procedió a administrarse una sobredosis de pastillas elaboradas por un naturópata que, como él sabía por adelantado, no le hicieron ningún daño, aunque tampoco le habrían hecho ningún bien en el caso de haber estado enfermo, porque no contenían ningún principio activo y, en definitiva, solo incurrió en un exceso de agua azucarada. Además del suicidio imposible, Schwartz, socialdemócrata declarado, cuenta en su haber con 'La izquierda feng shui', un ensayo que levantó ampollas en algunos sectores progresistas a los que afeaba caer en actitudes reaccionarias al negar la ciencia y sus criterios universales de racionalidad y validez y dar crédito a prácticas o terapias falsas o nocivas solo por llegar envueltos en el romanticismo de lo alternativo y lo contrario a las prácticas de las multinacionales farmacéuticas. Políticos crédulos en todas las siglasAntes que un libro, la expresión «izquierda feng shui» fue un tuit. A Schwartz se le ocurrió en el 2010, al ver a la ministra de Sanidad de la época, Leire Pajín, con una pulsera que supuestamente ayudaba a equilibrar las energías del cuerpo y a cuidar la salud. Pero las actitudes que no tienen en cuenta la ciencia no están relacionadas con las ideas políticas. Uno de los remedios de su sucesora popular, Ana Mato, para reducir el gasto farmacéutico fue recibido con una rechifla generalizada entre los médicos y los científicos. Proponía sustituir la prescripción de algunos medicamentos en la sanidad pública por «alguna cosita natural». Una de las primeras visitas de Pamiès a Asturias incluyó una parada en el colegio Jovellanos de Gijón, cuyo director era entonces el actual portavoz municipal de Xixón Sí Puede, Mario Suárez del Fueyo.
Lurueña ha visto apoyos a derecha y a izquierda a actos que promocionan falsas terapias en instalaciones públicas. «Se amparan en la libertad de expresión. Y es cierto que en muchas ocasiones no se les puede negar el uso de los locales porque los reglamentos solo prohíben los discursos que incitan al odio y a la violencia. El problema es que son charlatanes, que mucho de lo que dicen es un engaño y un atentado a la salud pública y que a veces los políticos que deben tomar la decisión última sobre si se cede o no un centro social también creen en esas cosas. Los hay en todos los partidos y de todas las ideas», asegura Lurueña. En sus intervenciones, intenta ser didáctico y respetuoso con las personas que recurren a las terapias alternativas. «Tienen enfermedades graves, mortales o muy penosas, y todos necesitamos creer en algo cuando estamos desesperados. A todos nos pueden engañar», señala. A quienes no perdona, sin embargo, es a quienes explotan esa vulnerabilidad ofreciendo remedios que no existen para las dolencias o recomendando dejar los tratamientos, como hizo Alfaro en Barcelona. Schwartz comparte ese enfoque.
¿Por qué la gente recurre a recetas tan esotéricas? La desesperación es una fuerza imparable. Pero también, en casos menos graves, la desconfianza que la crisis económica ha dejado en todos los poderes establecidos o institucionales, opina el bloguero. El rechazo a lo instalado lleva a la gente a lo alternativo y sería un error pensar que el nivel cultural o la formación académica constituyen salvaguardas. El caso de Steve Jobs, el fundador de Apple, quizá la empresa más citada del siglo XXI, es un ejemplo de cómo una persona inteligente, que prosperó gracias a sus conocimientos científicos y técnicos y contribuyó a dar forma al entorno tecnológico en el que hoy se mueve el mundo, rechaza el tratamiento médico del cáncer de páncreas en favor de una supuesta terapia natural completamente inútil. Pero Schwartz cita más casos de actores y músicos que dieron la espalda al saber médico y murieron por sus decisiones: los actores Steve McQueen y Peter Sellers, el músico Bob Marley. «Nos enteramos de sus casos porque son famosos, pero lo que me pregunto es cuánta gente anónima muere porque las autoridades no hace nada», se pregunta. Contactos con el más allá a 90 euros la horaEsa gente anónima tiene acceso fácil a citas como el Foro ACCE (por arte+cultura+ciencia+espiritualidad), como sus promotores lo presentan en su página web, una feria itinerante de conferencias, conciertos y mercadillos que pasó dos veces por Gijón en el plazo de año y medio. La ciudad le abrió su recinto ferial en la primavera del 2016 y el otoño del 2017 y en los carteles anunciadores podían verse los logos de la ciudad y de su Cámara de Comercio junto a los anuncios de conferencias sobre el desdoblamiento del tiempo, la comunicación con el más allá y la hipnosis cuántica, por citar tres ejemplos de disciplinas más que dudosas presentes en el programa. El programa incluía también talleres sobre ese tipo de asuntos y consultas individualizadas con personas que se presentan como expertas en mediumnidad (90 euros por media hora de lecciones), medicina holística energética (35 euros por una hora) y el mensaje de las ocas (30 euros con reserva previa). Lurueña y Schwartz confían en que el escándalo suscitado en Barcelona ayude a crear la masa crítica suficiente de personas conscientes de estas prácticas y dispuestas a combatirlas. El Colegio de Médicos de Asturias, que en los últimos años presentó una denuncia por los daños físicos a una mujer que acabó hospitalizada en Cabueñes tras seguir un tratamiento naturista, mantiene una actitud de no pasar ni una en casos de intrusismo profesional o de bulos graves. «Un médico tiene pacientes y no clientes, a diferencia de quienes incurren en engaños, fraudes y delitos. Es fácil distinguirlos. Nadie debería hacer caso de tratamientos milagrosos para los problemas más difíciles de resolver ni de quienes garantizan el éxito en el 100% de los casos. Los profesionales de la medicina no nos atrevemos a eso, aunque nos comprometemos a poner todos los medios necesarios para la curación en cada caso», explica el presidente de la organización médica asturiana, el traumatólogo Alejandro Braña. Prevenciones en el Colegio de Médicos y la UniversidadEl Colegio admite, aunque bajo condiciones estrictas y nunca como primera opción de tratamiento, sino como último recurso mientras no se encuentren mejores procedimientos para un caso, tres prácticas que agrupa bajo la etiqueta de terapias médicas no convencionales: la fitoterapia (tratamientos con hierbas), la acupuntura y la homeopatía. Aunque en otros lugares se han suprimido, en Asturias no se ha tomado esa decisión. «Si no se usan control ni rigor científico, pueden ser peligrosas», admite Braña, que distingue entre la actividades parasanitarias de uso común, como el uso de tilas o manzanillas en lugar de tranquilizantes, que no parecen perseguibles, y «la mercantilización de la actividad sanitaria y el engaño a los pacientes más vulnerables con supuestas soluciones que son mentira desde el principio». Un enfermo grave y sus familiares más cercanos carecen en ocasiones de la objetividad necesaria para defenderse de esas ofertas. A veces, la desinformación viene de internet, cuando los pacientes intentan autodiagnosticarse sin otra formación que una búsqueda rápida en Google. En caso de duda, Braña recomienda ponerse en contacto en todos los casos con el Colegio. «Velamos para que no haya intrusismo. Si alguien encuentra alguna práctica que le haga dudar de quien se presenta como médico, puede llamar y preguntarnos. Lo comprobamos y respondemos siempre», garantiza.Otro lugar donde, de manera paradójica, logran anidar las pseudociencias es la universidad. Las empresas de la homeopatía, que en algunos casos son corporaciones enormes con facturaciones millonarias, empezaron hace más de diez años a patrocinar seminarios y estudios que han ido cayendo de las titulaciones, pero algunas persisten y saltan a la prensa como un goteo. En Asturias, la Universidad de Oviedo no ha detectado ninguna en los últimos cursos. Su oficina de prensa señala que todas las titulaciones que ofrece pasan un examen en la Comisión de Másteres y Títulos Propios, cuyas subcomisiones, repartidas por ramas del conocimiento, examinan cada propuesta y rechazan todas las que no cumplan los mínimos científicos. Los cursos de Extensión Universitaria, abiertos a la sociedad y no dirigidos en exclusiva a sus alumnos, pasan un escrutinio similar para evitar que se cuelen falsas disciplinas.